Esta es la carta que me cansé de escribir, borrar, reescribir, y nunca enviarte.
Sólo ahora dejo que salga a la luz, cuando sé que no vas a leerme, o quizás sí lo hagas.
Me dolés en la piel, en los huesos, en el alma pura y limpia que supe construir a pesar de los escollos de la vida.
Sé que jamás vamos a sentir lo mismo. Siempre uno sufre más. Siempre uno pierde. Y esta vez, fui yo.
Sé que con simplemente un suspiro tuyo, voy a buscarte. Sé que con una palabra tuya dejo todo.
Es difícil explicarte y explicarme a mí misma qué es lo que me pasa cuando me hablás. Qué es lo que generás en mí.
El susurro de tu nombre ya es alimento para mi alma.
Mi cara se ilumina, sonrío, sólo por saber que estás del otro lado leyéndome, que te interesa algo de mí.
Aunque sólo sean mis palabras.
Cansa estar todo el tiempo pensándote, soñándote cada noche, y no teniéndote al lado.
Quise alejarme, olvidarme, cambiar, y no pude, no puedo, y tampoco quiero.
Muy en el fondo de mí sé que es lo que quiero, siento que me corresponde, que el destino te puso por algo,
pero no te tengo, y me hace mal que no te des cuenta de lo que causás, que no te importe.
No pienso renunciar a lo que me pasa, no tolero la idea de no encontrarnos frente a frente alguna vez, de verte a los
ojos, de que me sonrías.
¡Es tan barata mi felicidad!
No pido nada más que tu sonrisa por el resto de mi vida.
Quizás por esta carga de ser una escorpiana perseverante para algunas cosas es por lo cual no puedo, ni quiero
dejar de pensarte.
No puedo resignarme, lo siento en las entrañas.
Lo lamento.
No voy a resignarme.
Vas a tener que vivir con mi fantasma, y yo con el anhelo de tenerte.
Estoy segura de que algún día van a cruzarse nuestros caminos, y vas a quedar vos con el anhelo de haberme
tenido antes,
y yo eternamente con tu fantasma.
Sólo ahora dejo que salga a la luz, cuando sé que no vas a leerme, o quizás sí lo hagas.
Me dolés en la piel, en los huesos, en el alma pura y limpia que supe construir a pesar de los escollos de la vida.
Sé que jamás vamos a sentir lo mismo. Siempre uno sufre más. Siempre uno pierde. Y esta vez, fui yo.
Sé que con simplemente un suspiro tuyo, voy a buscarte. Sé que con una palabra tuya dejo todo.
Es difícil explicarte y explicarme a mí misma qué es lo que me pasa cuando me hablás. Qué es lo que generás en mí.
El susurro de tu nombre ya es alimento para mi alma.
Mi cara se ilumina, sonrío, sólo por saber que estás del otro lado leyéndome, que te interesa algo de mí.
Aunque sólo sean mis palabras.
Cansa estar todo el tiempo pensándote, soñándote cada noche, y no teniéndote al lado.
Quise alejarme, olvidarme, cambiar, y no pude, no puedo, y tampoco quiero.
Muy en el fondo de mí sé que es lo que quiero, siento que me corresponde, que el destino te puso por algo,
pero no te tengo, y me hace mal que no te des cuenta de lo que causás, que no te importe.
No pienso renunciar a lo que me pasa, no tolero la idea de no encontrarnos frente a frente alguna vez, de verte a los
ojos, de que me sonrías.
¡Es tan barata mi felicidad!
No pido nada más que tu sonrisa por el resto de mi vida.
Quizás por esta carga de ser una escorpiana perseverante para algunas cosas es por lo cual no puedo, ni quiero
dejar de pensarte.
No puedo resignarme, lo siento en las entrañas.
Lo lamento.
No voy a resignarme.
Vas a tener que vivir con mi fantasma, y yo con el anhelo de tenerte.
Estoy segura de que algún día van a cruzarse nuestros caminos, y vas a quedar vos con el anhelo de haberme
tenido antes,
y yo eternamente con tu fantasma.
No hay palabras para explicar los sentimientos que despierta en el lector con sus palabras, me siento inspirado.
ResponderEliminarMuchas gracias! No hay nada más lindo que saber que hay gente allá afuera que gasta tiempo en leerme!
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