EXTRAÑARTE ME HACE MAL

Extrañarte me hace mal.
Siento un escalofrio recorrer mi espalda, los fantasmas del pasado reclaman tu cuerpo, tu risa, tus besos, tus caricias, tus abrazos, te reclaman a vos.
Extrañarte me hace mal.
Necesito de vos, tus consejos, tus palabras, tus manos, tus ojos, tu paz.
Extrañarte me hace mal.
No me permite pensar en otra cosa, concentrarme en mis deberes, escribir mis pensamientos. Todo lo que me pasa por la cabeza es tu voz, diciendome que me extrañás, que me querés, que me necesitás, y mi respuesta, de solo quedarme en silencio, pensando que yo también te extraño, te quiero y te necesito pero no pudiendo expresarlo, quedándome muda, atada a mis sentimientos, presa de mis emociones.
Extrañarte me hace mal.
La sombra de lo que fuimos acalla mi ser, me mantiene en el pasado y no me deja avanzar hacia el futuro que nos espera, hacia el presente que se esconde detrás de mi sonrisa, no me deja avanzar hacia vos.
Extrañarte me hace mal.
Recuerdo aquella vez que me dijiste que era para siempre, y yo creía en tus palabras, ciega de la verdad que en tus ojos habitaba, ciega de lo que esos ojos me gritaban, ese adiós oculto en ese para siempre tan falso.
Extrañarte me hace mal.
Porque recuerdo lo que fui, esa tonta que creía en las palabras de otro tonto que las pronunciaba tan a la ligera. Un te quiero no se dice sin sentirlo, un te amo no se dice a la ligera. Todo tiene su tiempo, su razón de ser.
Extrañarte me hace mal.
Vuelvo a ser la chica que llora en su cama, por un amor, desconsolada, sin saber a dónde ir, sin saber qué hacer, simplemente relegando su vida a las manos de otra persona. Otra persona que no la cuida, que la desprecia y atormenta.

Extrañarte me hace mal.

Simplemente porque me doy cuenta, de que a pesar de todo, todavía te quiero.