Te fuiste y me dejaste sin nada.
Vacía.
Sin mi risa.
Sin mi esencia.
Sin mi alma.
Sin mí misma.
La soledad invade mi cuarto, invade aquellos borradores que nunca pude mostrarte, aquellos pensamientos plasmados en hojas de papel que se van con el viento, y se llevan mis ilusiones.
Al irte borraste mi sonrisa eterna, rompiendo este corazón en mil pedazos que no sé si sanará alguna vez, procuraste no lastimarme, te equivocaste, no me cuidaste, no te importé.
Lo peor que me pudiste decir fue que no estábamos destinados.
Al irte borraste mi sonrisa eterna, rompiendo este corazón en mil pedazos que no sé si sanará alguna vez, procuraste no lastimarme, te equivocaste, no me cuidaste, no te importé.
Lo peor que me pudiste decir fue que no estábamos destinados.
Gran error.
El destino está escrito pero las decisiones las tomamos nosotros.
El camino está marcado pero podemos tomar atajos que nos llevan al mismo final, pero cambiando las experiencias, tratando de aprovechar cada momento, cada detalle, cada brisa de aire que nos toque respirar.
El camino está marcado pero podemos tomar atajos que nos llevan al mismo final, pero cambiando las experiencias, tratando de aprovechar cada momento, cada detalle, cada brisa de aire que nos toque respirar.
Me hiciste llorar.
Y es imperdonable que haya gastado mis lágrimas en alguien que no lo valora, en alguien que nunca me quiso tanto como yo lo quise, en alguien que no apreciaba mis esfuerzos, mis ganas de seguir adelante, de progresar, de ser mejor persona.
Simplemente te fuiste y me dejaste sin nada.
Puedo perdonarte cualquier cosa si hoy volvieras.
Menos el que me hayas alejado de vos.
Menos el que me hayas alejado de vos.
Deberías haber sabido que eras mi roca, mi sostén.
Y que al irte me dejaste convertida en un cuerpo al que le falta la conciencia, un cuerpo al que le falta vida.
Y que al irte me dejaste convertida en un cuerpo al que le falta la conciencia, un cuerpo al que le falta vida.
Eso eras.
Mi vida.
Mi luz.
Mi conciencia.
Mi camino.
Mi destino.
Hay noches en las que te extraño, noches en las que no paro de llorar, de recordarte.
Noches en las cuales tu fantasma me acosa y me hace sentir indefensa.
Noches en las cuales tu fantasma me acosa y me hace sentir indefensa.
Pero después aparece ella.
Y me calma.
Y me ayuda.
Y me dice lo que yo necesito escuchar.
Y te llama.
Y volvés.
Y ahí es cuando me despierto y te veo al lado mío. Y me doy cuenta que todo fue un gran sueño, que nunca te alejaste.
Y te abrazo.
Aferrándome a vos, sintiéndote.
Aferrándome a vos, sintiéndote.
Sabiendo que el amor que nos tenemos es más fuerte que cualquier cosa, que somos uno, para siempre.
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